En un primerísimo plano se observa la proa de un barco destruido. En su parte central hay obreros reparándolo tanto en su interior como en pequeños barcos que la rodean. Se observa claramente un recurso frecuentemente utilizado por el artista en esta serie: un juego formal, que explora similitudes entre los barcos y el rostro humano. Aquí, la nave pareciera abrir una gran “boca”, que se cierne amenazante sobre los trabajadores.